Lo que no sabía que sabía y otras revelaciones es un libro muy personal, muy íntimo que surgió del trabajo de autoconocimiento que llevo de hace muchos años pero especialmente durante la pandemia. De los 20 escritos solamente 1 lo escribí antes de la pandemia, a los pocos meses de llegar a México…
Cada uno de estos escritos y también la estructura del libro son fruto del trabajo de más de 500 sesiones de terapia en el transcurso de 4 años… Si, mucho trabajo interno, muchas lágrimas, episodios depresivos, ataques de pánico y ansiedad.
Estos escritos nacieron no pensando en un libro sino en poder descargarme a través de palabras, poder entenderme, explicar lo que sentía en cada momento.
Nace de Transitar algunos duelos, hacer conexiones y buscar el sentido a emociones muy intensas.
Escribir ha sido desde que soy muy chica mi herramienta favorita de autoconocimiento, desde mis diarios íntimos, cartas que escribía a mis amigas y amigos, a mi familia, a personas muy queridas, cuentos y poemas desde muy pequeña. Las clases de redacción en el colegio eran mis preferidas. Poder expresarme a través de la palabra escrita.
Mi primer cuento se llamó “El pan de los pobres” y lo escribí más o menos a los 7-8 años. Que coincidió con la época en que leí el libro que me marcó hasta ahora: Mujercitas de Louisa May Alcott. Este libro fue el que me abrió a imaginar y a tener un sueño, algún día ser como Josephine March, la hermana que escribía. Y que además nos parecíamos en algunas cosas, en lo impulsivas, rebeldes y no tan “femeninas”. Vi en ella una role model, alguien que realmente me inspiraba.
Además desde chica también tenía esta parte de periodista, no solo con los programas de televisión y radio que armaba sino también con el boletín familiar nuestra familia. Mi primera publicación podríamos decir.
Y claro, tenía de donde salir como decimos en casa. Tanto mamá como papá ambos escriben. En casa siempre habían libros y como familia ir a librerías es de nuestros pasatiempos favoritos. Mamá publicó el primer libro de la familia “Mis raíces, mis afectos”. Mi familia influyó muchisimo en que escribir y leer sean parte tan importante de quien soy.
Mi primer libro no oficial se llamó “La hormiguita costurera”, lo creamos junto a mamá, yo escribí el cuento y algunos dibujos y ella me ayudó a corregir, editar, dibujar y encuadernar mi primer librito.
Luego me animé a participar en algunos concursos literarios, me metí en la academia literaria del colegio. Y si bien al entrar a mi era universitaria y laboral parecía terminar mi era de escritora, de alguna u otra manera seguí haciéndolo. Conseguí trabajos relacionados con escribir en blogs, seguí la carrera de comunicación. Intenté mantener la constancia de compartir escritos a través de múltiples blogs propios e incluso un newsletter. Y no fue hace unos años, que junto con mi cambio de “carrera” hacia la educación, volví a ver esa meta y sueño que cada tanto aparecía: ser escritora y autora. Publicar mi primer libro.




Vine a México y aparecieron algunas ideas. “Cuestionando todo” era una idea de libro que tenía, luego coqueteé con contar mi historia a través de una ficción, pero no fue hasta la pandemia que lo de escribir más “seriamente” comenzó a tomar forma.
Me metí a varios círculos y talleres de escritura y lectura, gracias a la terapia y el tratamiento psiquiátrico pude volver a leer como antes e incluso más. Participé de uno que otro concurso. Fui coautora de un libro de emprendimiento “Emprende Mejor” y participé en la antología “Autobiografías rebeldes”. En el camino tenía alguna que otra idea de historia, la constancia siempre me jugaba en contra.
Pero el proceso de conocer el por qué de cada cosa ayudó a lograr avanzar un día a la vez. Así fue que mientras atravesaba un episodio depresivo muy intenso, durante el 2023, me animé a participar de un concurso de poesía muy importante. Tenía que presentar un poemario, de al menos 80 páginas y faltaba poco tiempo. Entonces pensé si no podría rescatar algún escrito que ya tuviera y así se fue armando el primer manuscrito de “Lo que no sabía…”.
Armé la estructura y seleccioné los poemas y lo entregué en enero de 2024. En marzo se anunciaban los resultados y lo tenía muy claro. Si no ganaba lo iba a publicar igual.
No gané pero se me vino la vida encima, una mudanza, celebraciones, otro episodio depresivo y mucho trabajo. Además de que surgían todas las excusas, de que es caro imprimir, y el diseño y la corrección y la ilustración y así miles y miles. Hasta que un día a la vez sucedió, decidí que no iba a pasar otro año sin cumplir ese sueño. El libro ya estaba casi listo desde enero! Y con lo que es nuestra frase de cabecera con Santi, mi hermano, “Terminado, no perfecto” me las arreglé y lo lancé.
Que además es también el primer libro de mi editorial Futuras, con la que espero poder acompañar a muchas personas autoras a escribir y publicar sus libros.
Mi deseo es que, al leer “Lo que no sabia que sabia y otras revelaciones”, cada une de ustedes se sienta invitade a reflexionar sobre sus propios procesos de autoconocimiento.
Que encuentren en estas páginas un espacio para reconocerse en algunas palabras desde sus historias, abrazar sus emociones. Que descubran lo que no sabían que sabían y sus propias revelaciones.
Que además se hable más de las neurodivergencias, de lo que es vivir con depresión y/o ansiedad generalizada, que dejen de ser temas tabú, que ya sea que lo vivas o alguien que conozca viva con eso podamos reconocernos o entender más sobre esta realidad. Más empatía.
Este libro está dedicado a esa niña Gisse que soñaba con ser Jo.
Gracias por permitir que mis palabras formen parte de sus vidas, aunque sea por un momento.
Fragmento de las palabras que dije el día del lanzamiento del libro “Lo que no sabía que sabía y otras revelaciones”.